Solemnidad de Santísima Virgen María, Madre de Dios

    Cada 1 de enero no solo nos deseamos un Feliz Año, la Iglesia Católica celebra la “Solemnidad de Santa María, Madre de Dios”. El pasado 8 de diciembre se mencionó la fiesta de la “Solemnidad de la Inmaculada Concepción”, en donde se dice que es uno de los dogmas de fe de la Iglesia Católica. Existen 4 dogmas marianos en la Iglesia Católica y Maternidad Divina se refiere a que la Santísima Virgen María es realmente la Madre de Dios, es definido como el primer dogma mariano y ocurrió en el Concilio de Éfeso en el año 431.


    En el Concilio de Éfeso, en el año 431, se usó la palabra griega “Θεοτόκος” trasliterado “Theotokos” y traducido al latín como “Deīpara” o “Deī genetrix” que significa “Madre de Dios”. La palabra griega “Theotokos” en realidad es una composición de otras dos palabras griegas “Θεός” “Theós” “Dios” y “τόκος” “Tókos” “Parto” por lo que la traducción literal al español de “Θεοτόκος” “Theotokos” sería “que parió a Dios”, “que dio a luz a Dios”.

    Existe una doctrina teológica que se conoce como “Unión Hipostática” que trata sobre la “indivisibilidad de Cristo” que explica como Jesucristo posee dos naturalezas, la naturaleza divina y la naturaleza humana, unidas en una misma persona, al mismo tiempo es plenamente Dios y plenamente hombre; estas dos naturalezas son inseparables pero no están mezcladas ni diluidas, Jesucristo tiene una sola personalidad; esta afirmación se puede conseguir en los puntos 480 y 481 del Catecismo de la Iglesia Católica. Así que María siendo verdaderamente la madre del Niño Jesús, Jesús, Jesucristo, el Hijo de Dios, Dios, la Santísima Virgen María es la Madre de Dios.
    Catecismo de la Iglesia Católica
    Primera Parte - LA PROFESIÓN DE LA FE
    Segunda Sección: LA PROFESIÓN DE LA FE CRISTIANA
    Capítulo Segundo: CREO EN JESUCRISTO, HIJO ÚNICO DE DIOS
    Artículo 3: "JESUCRISTO FUE CONCEBIDO POR OBRA Y GRACIA DEL ESPÍRITU SANTO Y NACIÓ DE SANTA MARÍA VIRGEN"
    Párrafo 1: EL HIJO DE DIOS SE HIZO HOMBRE
    IV Cómo es hombre el Hijo de Dios
    Resumen
    480 Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre en la unidad de su Persona divina; por esta razón él es el único Mediador entre Dios y los hombres.
    481 Jesucristo posee dos naturalezas, la divina y la humana, no confundidas, sino unidas en la única Persona del Hijo de Dios.

    El dogma mariano sobre María, Madre de Dios además del Concilio de Éfeso (año 431), ha sido proclamado en otros Concilios como el de Calcedonia (año 451), o el Concilio Vaticano II con la constitución dogmática Lumen Gentium promulgada en noviembre de 1964 por el Papa Pablo VI, por mencionar algunos, y también esto se menciona en el Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) como en el punto 466 y ha sido defendido por los Papas sucesores a Celestino y Sixto III, quienes fueron los Papas durante ese Concilio de Éfeso en el año 431; poco días antes de terminar el concilio murió el Papa Celestino, siendo su sucesor el Papa Sixto III y terminó de aprobar dicho concilio.

    Capítulo VIII
    La Santísima Virgen María, Madre de Dios, en el Misterio de Cristo y de la Iglesia
    53. Efectivamente, la Virgen María, que al anuncio del ángel recibió al Verbo de Dios en su alma y en su cuerpo y dio la Vida al mundo, es reconocida y venerada como verdadera Madre de Dios y del Redentor. Redimida de modo eminente, en previsión de los méritos de su Hijo, y unida a Él con un vínculo estrecho e indisoluble, está enriquecida con la suma prerrogativa y dignidad de ser la Madre de Dios Hijo, y por eso hija predilecta del Padre y sagrario del Espíritu Santo; con el don de una gracia tan extraordinaria aventaja con creces a todas las otras criaturas, celestiales y terrenas. Pero a la vez está unida, en la estirpe de Adán, con todos los hombres que necesitan de la salvación; y no sólo eso, «sino que es verdadera madre de los miembros (de Cristo)..., por haber cooperado con su amor a que naciesen en la Iglesia los fieles, que son miembros de aquella Cabeza». Por ese motivo es también proclamada como miembro excelentísimo y enteramente singular de la Iglesia y como tipo y ejemplar acabadísimo de la misma en la fe y en la caridad, y a quien la Iglesia católica, instruida por el Espíritu Santo, venera, como a madre amantísima, con afecto de piedad filial,

    Primera Parte - LA PROFESIÓN DE LA FE
    Segunda Sección: LA PROFESIÓN DE LA FE CRISTIANA
    Capítulo Segundo: CREO EN JESUCRISTO, HIJO ÚNICO DE DIOS
    Artículo 3: "JESUCRISTO FUE CONCEBIDO POR OBRA Y GRACIA DEL ESPÍRITU SANTO Y NACIÓ DE SANTA MARÍA VIRGEN"
    Párrafo 1: EL HIJO DE DIOS SE HIZO HOMBRE
    III. Verdadero Dios y verdadero hombre
    466 La herejía nestoriana veía en Cristo una persona humana junto a la persona divina del Hijo de Dios. Frente a ella san Cirilo de Alejandría y el tercer Concilio Ecuménico reunido en Efeso, en el año 431, confesaron que "el Verbo, al unirse en su persona a una carne animada por un alma racional, se hizo hombre" (Concilio de Efeso: DS, 250). La humanidad de Cristo no tiene más sujeto que la persona divina del Hijo de Dios que la ha asumido y hecho suya desde su concepción. Por eso el concilio de Efeso proclamó en el año 431 que María llegó a ser con toda verdad Madre de Dios mediante la concepción humana del Hijo de Dios en su seno: "Madre de Dios, no porque el Verbo de Dios haya tomado de ella su naturaleza divina, sino porque es de ella, de quien tiene el cuerpo sagrado dotado de un alma racional [...] unido a la persona del Verbo, de quien se dice que el Verbo nació según la carne" (DS 251).

    3. El Concilio de Éfeso (año 431) confirmó, contra las ideas nestorianas, la unidad de Cristo como resultaba de la Revelación y había sido creída y afirmada por la tradición cristiana —"sancti patres"— (cf. DS 250-266), y definió que Cristo es el mismo Verbo eterno, Dios de Dios, que como Hijo es "engendrado" desde siempre por el Padre, y, según la carne, nació, en el tiempo, de la Virgen María. Por consiguiente, siendo Cristo un solo ser, María tiene derecho pleno de gozar del título de Madre de Dios, cómo se afirmaba ya desde hacía tiempo en la oración cristiana y en el pensamiento de los "padres" (cf. DS, 251).

“En este día, en el que celebramos a María Santísima Madre de Dios, pongamos bajo su mirada atenta el tiempo nuevo que nos ha sido dado. ¡Que Ella nos proteja este año!”

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